
Uno de los miedos más grandes al tener Miastenia Gravis es: ¿cómo le digo a mi jefe?
Muchas personas con MG enfrentan inseguridad al revelar su condición en el trabajo. Pero comunicarlo puede abrir espacios de comprensión, apoyo y adaptaciones que faciliten el desempeño. En este artículo te explico cómo hacerlo con respeto, estrategia y confianza.
¿Por qué es importante comunicarlo?
La MG es una enfermedad crónica y fluctuante: los síntomas pueden variar según el día.
Si tu empleador ignora lo que te sucede, podría interpretar erróneamente ausencias, errores o lentitud como desinterés o falta de compromiso.
Al comunicarlo, puedes solicitar adaptaciones razonables que te ayuden a mantener tu desempeño, como pausas adicionales, horarios flexibles o teletrabajo cuando sea posible.
En algunos países, la MG se considera una discapacidad a efectos legales, lo que da derecho a ciertas protecciones frente a discriminación laboral.
> Dato relevante: el 79 % de las personas con Miastenia Gravis reportan que su capacidad laboral ha sido reducida o anulada en algún grado debido a los síntomas.
Por supuesto, la decisión de comunicar tu diagnóstico es personal y depende de tu entorno laboral, apoyo y seguridad.
Qué decir (explicación breve y clara)
Cuando te prepares para hablar con tu jefe, ten en cuenta lo siguiente:
Enfócate en cómo la MG impacta tu trabajo, no en detalles médicos excesivos. Puedes decir algo como:
> “Tengo una enfermedad llamada Miastenia Gravis. Esto significa que algunos días me cuesta mantener fuerza muscular o hablar con claridad, y necesito adaptaciones leves para cumplir mejor con mis tareas.”
Evita excusas o justificaciones extensas. Sé directo y objetivo.
Si puedes, lleva documentación médica breve (una nota del neurólogo, diagnóstico o informe) para respaldar lo que estás explicando.
Muestra disposición para colaborar en encontrar soluciones: no solo llegues con problemas, sino con propuestas.
Derechos laborales básicos (marco general)
⚠️ Importante: esto es orientación general, no asesoramiento legal específico.
Muchas leyes laborales protegen a las personas con enfermedades crónicaas frente a la discriminación.
En algunos países, las leyes de discapacidad o igualdad laboral obligan a los empleadores a proporcionar adaptaciones razonables siempre que no representen una carga excesiva para la empresa.
En EE. UU., la ADA (Americans with Disabilities Act) protege a empleados con discapacidades y obliga a adaptaciones razonables en empresas de cierto tamaño.
En otros países, puede haber leyes similares de igualdad o discapacidad. Lo clave es que muchos sistemas laborales reconocen que condiciones crónicas como la MG pueden encajar dentro de esas protecciones.
La confidencialidad médica: tu empleador debe respetar tu privacidad. Solo debe saber lo estrictamente necesario para otorgar adaptaciones.
Cómo pedir adaptaciones

Aquí tienes algunas ideas que pueden ayudarte a facilitar tu trabajo con Miastenia Gravis

✅Pausas adicionales: pausas breves más frecuentes para descansar músculos.
✅Flexibilidad de horario: comenzar más tarde o terminar antes cuando el cuerpo no responde.
✅Teletrabajo parcial: trabajar algunos días desde casa si tu rol lo permite.
✅Modificación de tareas o carga: evitar actividades físicas intensas o tareas que impliquen mucho desplazamiento o esfuerzo.
✅Adelantar tareas en momentos de energía: programar los trabajos más exigentes para momentos del día en que te sientas más fuerte.
✅Reducción temporal de horas (como acuerdo de prueba): por ejemplo, empezar con un horario reducido mientras se demuestra que puedes cumplir tus funciones.
La clave es que tus propuestas sean claras, factibles y beneficien tanto a ti como a la empresa.
Consejos prácticos para esa conversación
1. Elige el momento adecuado: pide una reunión privada en un espacio tranquilo y sin interrupciones.
2. Prepárate con anticipación: escribe lo que vas a decir, lleva notas si lo necesitas y practica en voz alta.
3. Sé claro y breve: ve al punto, con lenguaje sencillo, sin rodeos.
4. Presenta propuestas y soluciones (no solo el problema).
5. Mantén una actitud de colaboración: muestra que estás dispuesto a dialogar y ajustar soluciones en conjunto.
6. Pide seguimiento: acuerda revisar el plan de adaptación luego de un mes o dos para ver qué ajustes son necesarios.
7. Busca aliados internos: si existe un departamento de recursos humanos o un compañero de confianza, informarles puede ayudar a que el proceso sea más fluido.
8. Conserva registro escrito: luego de la reunión, envía un correo resumen de lo conversado y lo acordado; esto ayuda a evitar malentendidos futuros.
9. Sé paciente contigo misma: la adaptación puede requerir ajustes graduales.
10. Refuerza la comunicación continua: si tus necesidades cambian, mantén diálogo con tu jefe para adaptar nuevamente.
Hablarlo con claridad puede abrir puertas a comprensión y apoyo, no a juicios.
Comunicar tu situación física con respeto y estrategia ayuda a construir un ambiente laboral más inclusivo, donde tú y tu trabajo pueden coexistir.

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