“Cuidar el alma también forma parte del tratamiento.”
Vivir con Miastenia Gravis (MG) no solo significa adaptarse al cuerpo, sino también al alma. Cuando los síntomas fluctúan, la fatiga se instala o el ánimo baja, una rutina espiritual bien puesta puede marcar la diferencia en tu bienestar integral. Estudios recientes muestran que la salud mental y el bienestar emocional influyen significativamente en la calidad de vida de personas con esta enfermedad.

1. ¿Por qué el autocuidado espiritual importa?
La investigación y los testigos muestran que las personas con MG enfrentan no solo debilidad física, sino también incertidumbre, ansiedad y sensación de pérdida de control. 2 En medio de esta realidad, cultivar una dimensión espiritual —sea mediante oración, meditación, gratitud o reflexión— aporta calma, propósito y resiliencia.
Por ejemplo, practicar una breve meditación diaria puede reducir la activación del estrés, regular el sistema nervioso y ayudarte a mantener una actitud de esperanza incluso cuando el cuerpo flaquea.
2. Pequeñas rutinas que fortalecen el alma
No necesitas grandes bloques de tiempo ni rituales complejos. Aquí tienes rutinas sencillas adaptadas a quienes viven con MG:
- Inicio del día con gratitud: antes de levantarte de la cama, agradece en silencio tres cosas buenas que quisieras sucedieran hoy.
- Pausa de respiración consciente: 2-3 minutos sentado/a con los ojos cerrados, respirando 4 segundos, mantén 2, exhala 6. Siente cómo el aire te sostiene.
- Lectura breve o versículo: lee un pasaje significativo o una frase inspiradora, y escribe brevemente qué significa para ti.
- Momento de descanso sin culpa: acepta que hoy quizá no puedas tanto como ayer. Cierra los ojos, pon una música suave y entrega tu exigencia.
- Reflexión al dormir: antes de apagar la luz, piensa: “Hoy hice lo mejor que pude”. Deja ir lo demás.

3. No se trata de religión, sino de conexión
Quizás no te identifiques plenamente con una práctica religiosa, y está bien. Lo importante es la conexión: contigo mismo, con tu Creador o con lo que para ti sea más grande que tú. Muchas personas con MG han encontrado en la espiritualidad un soporte interno que trasciende el cuerpo debilitado.
Cuando vinculas tu rutina espiritual con tu cuerpo en silencio, creas un espacio seguro para regenerar sin esfuerzo, para sanar sin presión, para descansar sin culpa.

Una rutina espiritual puede ser tan esencial como tu tratamiento farmacológico. Cuando tu cuerpo necesita descanso, tu alma puede levantarse en calma. No se trata de hacer más, sino de conectar mejor.
Permítete este espacio de paz hoy. Y recuerda: el cuidado integral de la MG incluye cuerpo, mente y alma.
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